Teniendo en cuenta que por sí mismo esté título de Máster no es habilitante, la Arqueología tiene una doble vertiente bien definida, aunque no excluyente, orientada al ámbito académico y al ejercicio técnico de la profesión.
En relación a la primera, su ámbito de aplicación directo es la investigación histórica o la especialización en métodos y técnicas de trabajos específicos (geoarqueología, bioarqueología o arqueometría) ya sea en el ámbito universitario como en centros de investigación públicos y privados. Desde el punto de vista académico, el Máster de Arqueología capacita, por tanto, para emprender los estudios de doctorado que, en el caso de la Universidad de Sevilla, se desarrollan dentro del Programa de Doctorado en Historia. Asimismo, el alumno podrá optar también por el programa de postgrado ofertado por la Universidad de Granada, así como por cualquier otro programa adecuado y abierto a su perfil.
La Arqueología tiene también una vertiente profesional, ya que por ley es la disciplina encargada de intervenir, estudiar y gestionar los bienes que conforman el Patrimonio Arqueológico y está regulada como actividad profesional (DECRETO 168/2003). Ello incluye todo un conjunto de prácticas (la prospección y la excavación preventiva, la evaluación del impacto arqueológico, inventarios y catálogos, la protección y conservación, musealización y difusión, etc.) que se pueden ejercer tanto de forma autónoma, a través de pequeñas y medianas empresas o cooperativas, como a través de distintos organismos, como museos, institutos de investigación o administraciones públicas (locales, autonómicas o nacionales), en los que el arqueólogo puede incorporarse como profesional. En definitiva, se trata de un perfil sumamente versátil capaz de integrarse en equipos interdisciplinares y adaptarse a un mercado laboral dinámico y competitivo.